Operativo VIP: Los gendarmes que no duermen en el piso

Por José M. Stella e Ignacio Montes de Oca

Desde que el Poder Ejecutivo decidió hacer frente a la demanda de inseguridad por parte del electorado, produjo dos grandes eventos que fueron acompañados con un amplio operativo e propaganda. Por un lado, anunció en julio de 2011 mediante el decreto 1091/2011, el “Operativo Escudo Norte”, destinado a reforzar con tropas del ejército la vigilancia sobre las fronteras, desde dónde se cuelan a diario enormes cantidades de drogas. Por el otro, el “Operativo Centinela” sacó de las fronteras a 5.000 gendarmes y los envió al conurbano bonaerense y otros grandes centros urbanos para reforzar la tarea de las policías locales.  

Objeto de la licitación privada 1-2014 de Gendarmería

El redespliegue de los gendarmes estuvo poblado de polémicas. En particular, tomando como antecedente la protesta salarial de los gendarmes en el 2012, desde ese evento se comenzó a informar sobre las precarias condiciones en las que eran alojadas las tropas desplegadas en el conurbano. A partir de septiembre de 2013, comenzaron a difundirse imágenes de gendarmes hacinados en salones y pasillos de edificios en los que se improvisaron barracas. También, datos sobre la ausencia de equipos de protección personal y episodios en los que los gendarmes debían procurarse su propia comida ante la falta de provisiones que afectaba a muchas de las guarniciones temporales armadas en clubes sociales y edificios públicos.

El actual viceministro de seguridad Sergio Berni, tras conocerse esas imágenes, había negado las condiciones precarias de los miembros de Gendarmería afectados a las tareas del “Operativo Centinela”, al afirmar que el Estado le entregaba “430 pesos por día” y que “podían ir a un hotel”. Berni, además, dijo que los gendarmes podían optar por ir a lugares municipales, a casa de amigos o familiares y aun así cobrar ese dinero. Incluso, afirmó: “Yo mismo estuve durmiendo sobre papeles de diario en algunas ocasiones”.

Detalles de la casa alquilada al comandante mayor Maley

Sin embargo, no todos los gendarmes padecen esas condiciones complicadas de alojamiento cada vez que eran trasladados, según documentos a los que accedió (Eliminando Variables). Tal es el caso del nombrado jefe de la nueva Agrupación XVII de Gendarmería Nacional de Santiago del Estero, el comandante mayor Claudio Maley, quien tendrá la suerte de vivir por 2 años en una casa que sería la envidia de mucha gente de clase media-alta de la Argentina.

Por medio de la licitación privada 1/2014 de Gendarmería, se decidió que el encargado de la guarnición en Santiago del Estero sea alojado en una casa provista de todas las comodidades situada en el centro de la ciudad.

El expediente TN 3 – 4024/263 de marzo de 2014 ordena el “alquiler de vivienda para uso jefe y segundo jefe de la Agrupación XVII Santiago del Estero”. El documento deja en claro que se trata de una vivienda “Tipo casa habitación – ambientes cinco – dimensión 180-220 m2 – de categoría – ubicación céntrica – tipo urbana residencial”.

En el pliego, y para la casa del jefe, se pide que tenga 3 habitaciones – una de ellas en suite-, sala de estar y comedor, un baño compartido y, lo más notable, contar con quincho, pileta, garage y patio. Además, la tolerancia de tamaño para la casa alquilada al comandante Maley es de hasta un 25 por ciento mayor, es decir, la casa podría tener hasta 275 m2 cubiertos.

¿La casa fue ocupada antes de efectuarse la licitación?

Por supuesto, se reclama que además tenga refrigeración y calefacción en todas las habitaciones y que esté ubicada en el centro de la ciudad, una cantidad de requisitos que solo pueden cumplir un puñado de viviendas en la capital provincial.  

En el mismo documento se solicita una segunda vivienda. Esta vez, se trata de un departamento de cuatro ambientes destinado al subjefe de la Agrupación XVII. La superficie cubierta, en este caso, va de 70 a 110 m2, con hasta un 25 por ciento de tolerancia mayor, es decir, hasta unos 137 m2, aproximadamente. En este caso no se requiere ninguna comodidad en particular, pero se supone que sus ocupantes podrán combatir el calor santiagueño en la pileta de su superior.

El alquiler comenzaría a pagarse el 1 de enero de 2014, o sea, en una fecha posterior al llamado a licitar, y cubre hasta el 31 de diciembre del 2015, prorrogable por un año más, es decir, eventualmente hasta diciembre del 2016. En todos los casos, las inmobiliarias afectadas contarían con una comisión del 5 por ciento del total del valor cotizado. La pregunta a responder sería conocer si las viviendas fueron ocupadas antes de ser licitadas.

Cotizantes para la licitación 1-2014

Efectivamente a cotizar el 14 de marzo a las 10 de la mañana se presentaron tres propuestas, según el responsable de apertura de las ofertas, Sergio Fernando Medina: Martín Sebastián Gel, quien cotizó $8.500; Mario César Corán, quien ofertó $259.560; y María Cecilia Brizuela, quien optó por pasar la cifra de $228.000, por el período del contrato.

Al cierre de esta nota, se desconoce cuál de los cotizantes venció en la licitación privada, aunque se estima que existe desde hace varios meses, ya que el contrato por ambos domicilios establecía su inicio el 1 de enero del 2014 y todo hace suponer que el jefe de los gendarmes ya está disfrutando de las bondades de la propiedad desde el verano.

Resulta llamativo el contraste entre el modo en que se aloja la tropa en el conurbano y las previsiones que se toma la fuerza para asegurar el bienestar del jefe de su guarnición en Santiago del Estero. Quizás se deba al apuro con que se vaciaron las fronteras para mandarlas a las ciudades lo que explique esa diferencia. O es probable que la mansedumbre santiagueña ayude a hacer las cosas mejor, sin el apuro que obliga a cometer errores y dejar a la tropa en pasillos y salones sin acondicionar.

En Twitter:@EliminandoV