De empresario a piquetero: la historia desconocida de Juan Grabois
Es difícil definir a Juan Grabois. Es asesor del papa Francisco I y dirigente social de la agrupación Frente Patria Grande. Es además un dirigente de peso creciente dentro del kirchnerismo y un personaje mediático muy efectivo. Se lo puede ver igual de cómodo en una manifestación para pedir dinero estatal como en un set de televisión polemizando contra el gobierno y la libre empresa. Sin embargo hay una parte de la vida de Grabois poco conocida que no suele aparecer en las entrevistas que le hacen ni en las descripciones de quienes lo proponen como un ejemplo de la resistencia contra el capitalismo.
El viaje de Juan
Juan Grabois era otro joven desconocido que viajó a España en busca de trabajo. No tardó en encontrar un empleo dentro de una empresa de telemarketing denominada Huellas del Sur SL. La empresa, que aun continua en funcionamiento, contaba con un call center en donde se derivaban las llamadas de empresas locales. De acuerdo al propio Grabois, trabajó unos años en esa compañía tal como lo admitió en una entrevista que le concedió a la revista Anfibia.
Luego, Grabois regresó a la Argentina y no tuvo ninguna actividad pública hasta que comenzó a ser conocido como un dirigente combativo que representaba tanto a los sectores católicos vinculados al obispo porteño Jorge Bergoglio, como por su acercamiento al kirchnerismo, que hacia 2014 comenzaba su largo proceso de decadencia.
En el medio, Grabois tuvo un paso por la vida empresaria que pocas veces comenta en las muy frecuentes apariciones en los medios. Y esa faceta como patrón, estuvo caracterizada por un problema recurrente a la hora de pagar impuestos y un quebranto como directivo de una empresa de capitales extranjeros.
Escala Sur
La empresa española Escala Sur comenzó a funcionar en Madrid el 26 de mayo de 2003 con un capital de 3.006 euros y fijó su domicilio en el edificio de la calle Jorge Juan 68, piso 4 oficina 1. Según su ficha de inscripción en el registro público de esa ciudad, se dedica a las actividades de telemarketing. Su actividad, no obstante, no es apoyada por ninguna página web que permita saber los nombres de sus clientes y que tipo de acciones realiza. Solo es posible aseverar que sigue operando porque la oficina española que informa sobre las compañías que están activas y dadas de baja indica que aún sigue vigente.
El dueño de la empresa es el noruego Alexander Knudtzon Torpp Tejil y su apoderado es el inglés Nicholas Hargreaves. Esos nombres aparecen también en otra empresa denominada Estinfalidas SL, una agencia de publicidad madrileña con sede en la calle Lope de Rueda 2, tercer piso oficina D.
De acuerdo a Grabois, trabajó en Escala Sur atendiendo llamados como cualquier otro empleado de la empresa. Sin embargo, al analizar las actividades de la compañía el actual dirigente social pareciera haber sido algo más que un simple empleado.
De acuerdo a Grabois, trabajó en Escala Sur atendiendo llamados como cualquier otro empleado de la empresa. Sin embargo, al analizar las actividades de la compañía el actual dirigente social pareciera haber sido algo más que un simple empleado.
El 25 de julio de 2003, es decir apenas dos meses después de fundarse en Madrid, se inscribió en Argentina una sociedad denominada Escala Sur SA. Su acta de constitución indica que Alexander Knudtzon Torpp Tejil se presentó como dueño de la compañía. Tres años después, aquel humilde empleado argentino que tenía en Madrid dejó de atender teléfonos para regresar a su patria convertido en director suplente de la sucursal de Escala Sur en Buenos Aires. Es lo que indica el acta del 9 de febrero de 2006 en donde Juan Grabois es designado director suplente, al tiempo que Knudtzon Tropp pasa a ser vicepresidente y su esposa, Gretel Schroeder es nombrada presidente de la compañía.
La sociedad fijó domicilio especial en Carlos Pellegrini 173, Segundo Cuerpo, Piso 2, pero sus actividades se realizaban en una oficina de la calle Alsina 1433 1° B. Allí, según lo revela el propio Tropp en su bio data, trabajaban unas 60 personas y tenían grandes clientes como las empresas Telefónica de España y Telecom.
No obstante, las fuentes consultadas indican que el desembarco fue un fracaso por la falta de clientes suficientes para sostener al call center. Tropp afirma en su presentación online que la empresa fue vendida en febrero de 2006, momento en que la compañía estaba concursada y pese a que en los registros online no aparece ningún acta que indique cambio de accionistas o directivos en Escala Sur SA. Lo único verificable es que, quizás por lo escaso de los ingresos, para ese momento los que manejaban la empresa dejaran de cumplir con sus compromisos fiscales y patronales.
La calidad de evasores impositivos queda en evidencia en el pedido de quiebra que presentó en 2007 el proveedor César Ramírez por una deuda de $20.000 que nunca le fue pagada por los operadores del call center. Concedida la quiebra, el síndico Oscar Schapiro procedió a revisar las cuentas y descubrió que los directivos de Escala Sur tenían una deuda pendiente por evasión de pagos previsionales y otra por haber dejado a sus empleados en la calle sin haberles pagado ni salarios ni las indemnizaciones correspondientes.
La calidad de evasores impositivos queda en evidencia en el pedido de quiebra que presentó en 2007 el proveedor César Ramírez por una deuda de $20.000 que nunca le fue pagada por los operadores del call center. Concedida la quiebra, el síndico Oscar Schapiro procedió a revisar las cuentas y descubrió que los directivos de Escala Sur tenían una deuda pendiente por evasión de pagos previsionales y otra por haber dejado a sus empleados en la calle sin haberles pagado ni salarios ni las indemnizaciones correspondientes.
Schapiro presentó un informe de las deudas de Escala Sur SA en el que imputa a Schroeder, Tropp y Grabois diferentes deudas y penalidades.
Para empezar, certifica la deuda con Elizabeth Garnica, que reclamaba $ 9.046,53 de salarios e indemnizaciones y a Noelia Vanina Mazzone le reconoce $ 24.133,78 por idéntico reclamo. El pedido de indemnización del ex empleado de Escala Sur, Daniel Domingo Penas era por $ 15.710,78, el de Graciela Petrone por $ 9.549,50, el de Maria Torres Reyan por 9.426,98 y el de Horacio David Riccio por $ 8.297,20. En total, los ex empleados pedían unos $60.000 por haberlos dejado en la calle sin pagarles las resarcimientos ni sueldos atrasados.
En la lista de acreedores estaba también la aseguradora Consolidar ART que pedía poco más de diez mil pesos y la Obra Social del Personal de Dirección de Acción Social de Empresarios por aportes no realizados, que sumando intereses sumaba una cifra de $ 472,94. La prepaga OSDE pedía $1,414,89 y la Obra Social de Comisarios Navales otros $501,84 por aportes retenidos.
Pero la deuda mayor era reclamada por las autoridades impositivas. La AFIP pedía que fuera cancelada la deuda por $122.333 correspondientes al pago de Ingresos Brutos y aportes jubilatorios, además de las multas que habían establecido oportunamente. En total, sumando penalidades e intereses los directivos de Escala Sur SA le quedaron debiendo a la AFIP un total de $ 195.242,25 .
Escala Sur cerró definitivamente cuando el juez Héctor Vitale decretó la quiebra de la empresa el 11 de julio de 2007. La aventura empresaria de Grabois y sus socios duró unos cuatro años y dejó un tendal de deudas.
Escala Sur cerró definitivamente cuando el juez Héctor Vitale decretó la quiebra de la empresa el 11 de julio de 2007. La aventura empresaria de Grabois y sus socios duró unos cuatro años y dejó un tendal de deudas.
Grabois se dedicó desde entonces a la docencia universitaria y más tarde a la política en donde descubrió el método para reclamar al estado que destinen recursos a los sectores que lideraba y a los empresarios que tuviesen responsabilidad social, mediante acciones directas contra empresas y barrios cerrados en donde presumía que vivían sus directivos.
Los socios de Grabois mantuvieron activa la sede central de Escala Sur en Madrid mientras se mudaban a Buenos Aires para hacer nuevos negocios. Tropp apareció como directivo de Norwegian Argentina SAU, controlada a su vez por la sociedad inglesa Norwegian Air UK Ltd. La firma con base en el Reino Unido es operadora de la línea aérea Low Cost “Norwegian” que comenzó a operar en los meses siguientes en Argentina. El noruego fue nombrado en febrero de 2017 y sacado de su puesto unos meses después, el 28 de septiembre del mismo año, por indicación de la casa matriz y reemplazado por Ole Christian Melhus.
Nicholas Hargreaves, socio de Escala Sur en Argentina y España también aparece como miembro de otra sociedad argentina denominada 647 SA, que por un tiempo operó un restaurante en el barrio de San Telmo. El emprendimiento fue cerrado porque su socio, Terence Walsh, inició una disputa judicial por la posesión del inmueble de Tacuarí 641/647 en donde funcionaba el restaurante.
En la actualidad, tanto Tropp como Hargreaves viven en la Argentina. En sus páginas de Facebook tienen por amigo a Grabois, con quien mantuvieron un contacto sin rencores ni deudas pendientes. Hoy están en diferentes lados del mostrador. Mientras el danés y el inglés insisten en crear nuevos emprendimientos empresarios (Stay SRL y Baires Departamentos son las empresas que fundaron más recientemente), Grabois intenta aspirar la mayor cantidad de recursos públicos para su causa política.
Esos recursos proceden en gran parte de quienes pagan sus impuestos en tiempo y forma. Y los que evaden, se sabe, restan recursos para asistir a los sectores más vulnerables. Eso es algo que seguramente ignoraban los directivos de Escala Sur SA al llegar a la Argentina.
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