Una aplicación de celulares para ocupas

En el mismo día que el dirigente social Juan Grabois lanzó la idea de confiscar campos, un centenar de inmuebles de la ciudad de Buenos Aires aparecieron marcados con carteles que demandaban su expropiación. Ambos hechos se unen por una misteriosa aplicación para celulares desarrollada por el dirigente mas cercano al Papa Francisco I

Se trata de Habitapp, una aplicación para celulares que “avisa” donde hay casas o terrenos disponibles. La aplicación está disponible de manera gratuita y se presenta como un mapa de la ciudad  en donde aparecen no solo las ubicaciones de cada inmueble, sino además una foto para facilitar su identificación.

El proyecto nació en noviembre de 2018 cuando se juntaron representantes del Observatorio del Derecho a la Ciudad, el Movimiento Popular La Dignidad y de la ONG Destapiadas.org. La idea surgida del encuentro fue crear un registro de las 90 mil viviendas porteñas que, según sus estimaciones, estaban desocupadas.  

La base de datos fue desarrollada en principio por la organización, que recopiló un centenar de sitios que, casualmente, fueron los que amanecieron con los afiches en los que se pedía su expropiación. “Ni casa sin gente, ni gente sin casa. Expropiese Ya!” gritan los carteles colocados en los frentes de viviendas y terrenos vacíos.

Al recorrerse los sitios lugares señalados por Habitapp y cruzar las direcciones de los sitios elegidos, surge una coincidencia total. La aplicación tiene otras funciones que permiten identificar viviendas donde el alquiler sube de manera abusiva según el denunciante o sitios donde es posible hallar personas viviendo en la calle.

Al solicitar la aplicación, aparece el nombre del desarrollador: Jonatan Baldiviezo. Se trata de un abogado vinculado a los grupos sociales de Grabois. Es titular de la ONG Observatorio del Derecho a la Ciudad, una entidad cuyas actividades de confrontación con el gobierno de la ciudad le dieron fama.

Como parte de esas actividades, la ONG de Valdiviezo se unió la agrupación kirchnerista Movimiento Comunero a para formar otra ONG denominada Asamblea Ciudadana que reclama por la anulación de aumentos de trifas y el freno a la cesión de terrenos de la ciudad en diferentes puntos del tejido urbano.

Baldiviezo es el autor varias presentaciones contra el gobierno de Horacio Larreta que incluyen impugnaciones contra la urbanización de  villas y el nuevo Codigo de Planeamiento Urbano. Es además cofirmante con Claudio Lozano de una demanda contra MauricioMacri por la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Se reconoce como un opositor al gobierno de Cambiemos y sus actividades se coordinan con dirigentes inscritos en el kirchnerismo que pretende arrebatarle el predominio en la ciudad.

Pero además, crearon una alianza con la  Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y que tuvo por resultado la creación de la aplicación para detectar casas vacías. El CTEP, recordemos, es dirigido por Juan Grabois, el mismo que ayer propuso una Reforma Agraria que avanzara en la expropiación de campos.

La relación entre Valdiviezo y el CTEP se construye por medio de Rafael Klejzer, el líder del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD). Klejzer se atribuyó en una entrevista la coautoría de la aplicación, al indicar que su organización fue parte del relevamiento de sitios informados por Habitapp. Ese trabajo de campo se hizo junto a Destapiadas, una agrupación que se dedica específicamente y desde años atrás a detectar viviendas ocupadas (https://destapiadas.wordpress.com/).

Klejzer comenzó su militancia en el Movimiento Teresa Rodríguez apoyando las tomas de terrenos en los predios de la inconclusa Autopista 3, un trazado que dejó numerosas casas vacías y terrenos baldíos.

El MLPD de Klejzer es parte de las agrupaciones que forman el CTEP y que reconocen en Grabois a su líder político.  De allí que la coincidencia entre las declaraciones proponiendo la expropiación de campos y la movida para marcar los sitios de la ciudad que podían ser confiscados, deje de ser un misterio.

De la maniobra para marcar casas para expropiar participaron además otros dirigentes y personas aparentemente motivadas por el altruismo, pero que de un modo u otro se relacionan con la campaña electoral que sirve de marco a la campaña pro expropiaciones.

Es el caso de María José Lubertino, la ex jefa del INADI, que en su cuenta de Twitter publicitó la pega de carteles y de otros ciudadanos que se organizan en el portal de Facebooks desde un “Consejerías de Vivienda” y que solo ponen sus nombres y teléfonos celulares como contacto. . “Gigi”, “Horacio” y “Mariano” se ofrecen para despejar dudas como parte del “Amigues por las calles” La idea de no identificar la iniciativa como parte de la campaña electoral, fue una de las premisas de la pegatina.

Sin embargo, los teléfonos de contacto se repiten en otras páginas en las que los activistas desarrollan campañas contra los gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Larreta bajo el paraguas de instituciones como la “Asamblea de Parque Centenario” y “Proyecto 7 – Gente de Calle”.

Todo ese entramado participa de actividades políticas electorales que propone el reemplazo en la jefatura de gobierno porteña de Horacio Rodríguez Larreta por Matías Lammens, el presidente del club San Lorenzo de Almagro.

Y lo que es más revelador, las mismas agrupaciones participan de la convocatoria a marchas y actos políticos organizados por el CTEP.

A la luz de las evidencias nadie duda que Grabois está detrás del pedido de expropiaciones en la ciudad y que los afiches aparecidos en la ciudad de Buenos Aires, uno de los últimos bastiones del oficialista Cambiemos, son parte de una campaña electoral cada vez más salvaje.

Casa tomada

Solo en 2017,  la Fiscalía porteña recibió 1.017 denuncias por usurpación, que se sumaron al millar que estaban en trámite. En 2018, se sumaron otros 1200 casos. Pero al llegar a la instancia judicial, cerca del 63% de los casos son desestimados o resueltos de manera extrajudicial. En 2017, apenas 168 inmuebles fueron restituidos a sus dueños.

De acuerdo a un estudio elaborado en conjunto por el Estudio Miglino y la ONG Defendamos Buenos Aires, se producen 14 usurpaciones por semana en CABA y el conurbano. Muchas de ellas, sugiere el informe, son alentadas por organizaciones sociales o por grupos de la llamada “mafia de las usurpaciones”.

Estos grupos se especializaron en detectar propiedades vacías. Los más sofisticados, hurgan en los registros catastrales para encontrar propiedades sin herederos o en los edificios en construcción con quiebras que interrumpieron las obras. Un contacto en las oficinas de registro inmueble facilita la identificación de estas unidades, que son las que ofrecen mayores oportunidades a los ocupas.

Una vez dentro, cobran el alquiler a familias a las que previamente les hicieron pagar un “derecho de ingreso” que varía de acuerdo al tamaño y ubicación de la vivienda. Y luego lucran con un alquiler en negro. En paralelo, se puede iniciar un trámite de reclamo que consiste en soportar los reclamos del propietario y pagar los impuestos inmobiliarios de manera de acceder, si no hay desalojo, a la escritura tras 15 años de residencia comprobada.

La ley es clara respecto a los derechos de usurpadores y propietarios. El Artículo 181 del Código Penal castiga con hasta 3 años de prisión al que usurpa una vivienda. Pero en los hechos, los jueces suelen ser contemplativos frente a casos en las que las usurpaciones implican a menores, ancianos o discapacitados. De allí que en las viviendas tomadas no siempre se apliquen las medidas de desalojo o se obligue al gobierno local a proveer de medios para que ante esa eventualidad se procure una vivienda alternativa o fondos para alquilar un espacio similar. En cualquiera de los casos, los grupos que organizan la toma no sufren perjuicios económicos.

El negocio de las tomas se puede ver impulsado por la propuesta de expropiaciones. Ahora cuentan con la tecnología para identificar con mayor eficacia los sitios donde actuar y un paraguas político para hacerlo. Es que muchas veces, los ocupantes reciben asesoramiento legal de grupos políticos que no ven delito en las tomas y que ponen a su disposición abogados para presentar amparos que frenan los desalojos o dilatan por otros mecanismos el regreso de los inmuebles a sus propietarios legítimos.

Los barrios porteños preferidos por los ocupas son Belgrano, Núñez, Caballito, Palermo, Almagro, Flores y Liniers. Y en varias ocasiones, las tomas coinciden con la instalación de aguantaderos y puntos de venta de droga, lo cual ha disparado el alerta de las fuerzas de seguridad por la posible existencia de una alianza entre mafias de ocupas y narcos.

El panorama que plantea la ofensiva que promueve la usurpación de predios es alentado por una campaña electoral cada vez más radicalizada. No se sabe aún el resultado de los comicios, pero Grabois ha aportado en mucho al candidato opositor y eso le significa un cheque político a cobrar si resulta triunfadora la fórmula que apoya en las calles.

Si ese cheque será llenado con expropiaciones depende de muchos factores. Por ahora, lo único que existe es una aplicación para fomentar las usurpaciones y un centenar de propiedades marcadas como objetivo.

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